miércoles, 21 de enero de 2015

80 = 3.500.000.000 en las cuentas humanas del capital

La ONG Oxfam Intermón acaba de presentar su último informe titulado "Riqueza, tenerlo todo y querer más", con los habituales y espeluznantes datos sobre el reparto de la riqueza en el mundo, que no dejan de pasar prácticamente desapercibidos en los medios de manipulación informativa y consecuentemente en las mentes de la mayoría de los ciudadanos informados a nivel standard. Entre otras cosas expone que las 80 mayores fortunas acumulan tanta riqueza como la que se reparten los 3.500 millones de personas más pobres del planeta, riqueza que entre este 50% de la población mundial deja de serlo para convertirse en miseria como por arte de magia. Tal es también la cualidad mágica del dinero, tanto cuando se reproduce en manos de unos pocos como cuando desaparece de las manos de los demás.

De nuevo un informe de este tipo alerta sobre la evidencia de la creciente y criminal desigualdad entre los seres humanos que pueblan la tierra, aunque sin duda es demasiado benevolente calificar así a los criminales culpables de tan siniestra realidad. De nuevo el problema es que los telediarios hacen algún apunte sobre los datos presentados en estos informes como si de una anécdota se tratara; y ahora... los deportes. Los telediarios y la presentación de Oxfam nos cuentan además, perversa ironía, que el informe será presentado en el próximo Foro Económico Mundial de Davos, la cumbre de los ultraricos y las grandes multinacionales a la que los gobiernos asisten en calidad de títeres comparsas, para recibir las indicaciones oportunas de sus amos y dar algún discurso grandilocuente. De nuevo el problema es que las ONGs que publican estos informes no ponen el dedo en la llaga y se atreven a denunciar por su nombre y apellidos el entramado y funcionamiento del sistema capitalista, dedicado al saqueo del planeta y de sus habitantes, como el verdadero causante de esta terrible situación. Claro que dejarían de percibir las subvenciones que les proporcionan las fundaciones benéfico-filantrópicas y los gobiernos al servicio de las élites capitalistas, incluso las pequeñas aportaciones de tantos pequeños contribuyentes que retrocederían espantados ante el peligroso cariz de contenido y lenguaje comunista ('vade retro') que adquirirían sus informes. En estos informes exponen muchos datos sangrantes sobre la galopante injusticia económica y social, pero no exceden su papel de cronistas críticos pero aceptados por el sistema, relatando de un modo bastante desapegado cómo los responsables políticos no "predican con el ejemplo", o cómo los milmillonarios "ven crecer sus fortunas", como si ello se debiera a causas naturales o no directamente imputables a los beneficiados. De nuevo se limitan a solicitar políticas de buenas intenciones con medidas paliativas de tipo social, de control del fraude fiscal o de reajustes más equitativos en la carga impositiva, que aunque necesarias y urgentes en primera instancia, no dejan de ser parches al verdadero problema, que es la propiedad de los medios de producción, de la tierra y de los recursos naturales y energéticos en manos de la clase capitalista, para su único y exclusivo beneficio. En ese sentido las ONGs cada día se parecen más a los partidos reformistas de izquierda, o ni-de-izquierdas-ni-de-derechas, y sus propuestas económicas neokeynesianas, cuyos dirigentes más cínicos a lo sumo se atreven a hablar de "capitalismo de amiguetes", en alusión a los entramados de corrupción que vertebran buena parte de la clase política gobernante, sin denunciar que esa corrupción no es más que una consecuencia lógica del funcionamiento de la estructura de los estados burgueses, la forma que tiene la oligarquía de premiar a los políticos en su función de representar, salvaguardar y defender sus intereses de clase.

Por cierto, de nuevo "nuestro" país se lleva una medalla, como viene siendo habitual en los informes sobre el reparto de la riqueza, situándose como el segundo país económicamente más desigual de Europa, por detrás de Letonia. Menos mal que España no es Grecia, como han repetido en más de una ocasión Rajoy y otros voceros del PP, afirmación a la que ahora también se ha apuntado Podemos según las palabras de dos de sus dirigentes: Iñigo Errejón se apresuró a decirlo en el programa 'El Objetivo' de La Sexta del pasado domingo, y Carolina Bescansa declaraba lo mismo, según informaba El Periódico en su edición digital de ayer, lunes 19 de Enero. Podemos, pues, estar tranquilos.

http://www.oxfamintermon.org/es/sala-de-prensa/nota-de-prensa/1-mas-rico-tendra-mas-que-resto-de-poblacion-mundial-en-2016